El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) se ha consolidado como una de las soluciones más eficaces para mejorar la eficiencia energética de los edificios, tanto en obra nueva como en rehabilitación. Una de las preguntas más recurrentes al abordar este tipo de intervención es: ¿qué grosor de aislamiento se necesita para lograr un rendimiento óptimo? La respuesta no es única, ya que depende de diversos factores que, en conjunto, determinan la elección adecuada. En España, el rango general para obra nueva suele oscilar entre 6 y 14 cm, mientras que en rehabilitación se mueve entre 4 y 17 cm, buscando siempre la conformidad con el Código Técnico de la Edificación (CTE). Es crucial contar con la asesoría de expertos, como las empresas de aislamientos en Vigo, Barcelona, Redondela, Zamora, Logroño, Castellón de La Plana, entre otras poblaciones, para asegurar una implementación correcta y adaptada a las necesidades específicas de cada proyecto.
Factores clave que influyen en el grosor del aislamiento
La determinación del espesor idóneo de un sistema SATE es un proceso multifactorial. Comprender estos elementos es esencial para tomar una decisión informada:
Zona climática
Este es, sin duda, el factor más determinante. El CTE divide el territorio español en varias zonas climáticas (A, B, C, D, E), desde las más cálidas hasta las más frías. Las exigencias de aislamiento son mayores en las zonas con inviernos más rigurosos, donde la pérdida de calor es un problema significativo. Por el contrario, en zonas cálidas, el objetivo principal puede ser la protección contra el sobrecalentamiento en verano, lo que también requiere un aislamiento adecuado, aunque con espesores potencialmente menores.
Obra nueva o rehabilitación
Los requisitos para obra nueva suelen ser más estrictos en términos de eficiencia energética. Al diseñar un edificio desde cero, se pueden integrar soluciones de aislamiento más ambiciosas. En rehabilitación, aunque el objetivo es mejorar la eficiencia, las limitaciones estructurales o espaciales existentes pueden influir en el grosor máximo que se puede instalar. Sin embargo, el SATE es particularmente ventajoso en rehabilitación, ya que se aplica por el exterior, minimizando las molestias para los ocupantes y el espacio interior.
Nivel de eficiencia energética deseado
El CTE establece mínimos obligatorios, pero muchos propietarios y promotores buscan ir más allá para obtener un mayor ahorro energético y un confort superior. Un mayor espesor de aislamiento no solo reduce el consumo de energía para calefacción y refrigeración, sino que también mejora la estabilidad térmica interior y la reducción de puentes térmicos, contribuyendo a un ambiente más agradable durante todo el año.
Tipo de material aislante
Existen diversos materiales aislantes en el mercado, cada uno con propiedades térmicas distintas, lo que se conoce como conductividad térmica (λ). Materiales como el poliestireno expandido (EPS), el poliestireno extruido (XPS), la lana mineral o el panel de resina fenólica tienen diferentes capacidades para resistir el flujo de calor. Un material con una conductividad térmica más baja (es decir, mejor aislante) permitirá lograr el mismo nivel de aislamiento con un espesor menor.

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Espesores recomendados según la zona climática en España
Aunque un cálculo profesional es indispensable, podemos ofrecer una orientación general basada en las zonas climáticas y el CTE:
- Zonas climáticas A y B (cálidas): Para estas áreas, que incluyen gran parte de la costa mediterránea y las islas, se suelen recomendar espesores de entre 6 cm y 8 cm para fachadas. El enfoque aquí es tanto el ahorro de calefacción en invierno como la protección contra el calor estival.
- Zona climática C (templada): En regiones con un clima más equilibrado, los espesores recomendados se sitúan entre 8 cm y 11 cm.
- Zona climática D (fría): Para zonas interiores y con inviernos más rigurosos, como ejemplo tenemos a los aislamientos Vigo, Toledo, Tui, Ponteareas, entre otras ciudades, se requieren espesores mayores, generalmente entre 9 cm y 12 cm.
- Zona climática E (muy fría): Las áreas de alta montaña y las regiones con inviernos extremadamente fríos necesitan los mayores espesores, que pueden ir desde 11 cm hasta 14 cm o incluso más, para garantizar un confort térmico adecuado y un ahorro energético significativo.
Consideraciones adicionales para la instalación SATE
Más allá del grosor del aislante, hay otros aspectos importantes a tener en cuenta durante la planificación e instalación de un sistema SATE:
Adaptación de la fachada
Un aumento considerable en el grosor del aislamiento puede requerir la adaptación de elementos existentes en la fachada, como persianas, vierteaguas, alféizares o carpinterías. Es fundamental que estos elementos se ajusten correctamente al nuevo plano de la fachada para evitar puentes térmicos o problemas de estanqueidad.
Cálculo profesional y cumplimiento normativo
La decisión final sobre el grosor del aislamiento debe recaer siempre en un cálculo técnico realizado por profesionales cualificados. Este cálculo no solo considerará la zona climática y el tipo de edificio, sino también las propiedades específicas de los materiales aislantes elegidos y el objetivo de eficiencia energética del proyecto. El objetivo primordial es siempre el cumplimiento del CTE y, si se busca, la mejora más allá de los mínimos establecidos.
En conclusión, invertir en el grosor adecuado de aislamiento para un sistema SATE es una decisión estratégica que se traduce en un confort mejorado, una reducción significativa de la factura energética y un aumento del valor del inmueble. Consultar con expertos en aislamiento es el primer paso para asegurar que la inversión sea óptima y duradera.