La firma de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible por más de 180 países, entre ellos España, ha supuesto la implementación de una serie de medidas relacionadas con las energías renovables, en el quinto de los Objetivos, “Energía asequible y no contaminante”. Para ello, se busca asegurar el acceso a sistemas energéticos modernos, mejorar la eficiencia energética y el uso de energías renovables, con el fin de crear comunidades sostenibles y reducir el cambio climático.
En este sentido, en nuestro país se están realizando grandes esfuerzos para implementar diversos sistemas de energías renovables que proporcionen electricidad a los hogares, sistemas entre los que destacan la energía solar y la eólica.
Energía renovable y normativa
Renovable es el tipo de energía que se obtiene de una fuente natural que se cree inagotable, ya sea por su gran cantidad de energía o porque se regenera de forma natural.
Entre los tipos de energía renovable que se pueden utilizar a nivel doméstico en la actualidad se encuentran la biomasa, la energía geotérmica, la energía solar y la energía eólica.
En nuestro país, el primer reglamento sobre este tipo de energía data de 1980, con la ley de conservación de energía 82/1980, que incentivaba el uso de la energía hidroeléctrica para afrontar la crisis del petróleo y aumentar la eficiencia energética.
A continuación vino el Plan Nacional de Energía 1991-2000, que incentivó la producción de energías renovables y, a través de la Ley 40/1994 del Sistema Eléctrico Nacional, se consolida el concepto de régimen especial, que consiste en la producción de electricidad a partir de fuentes energéticas. desde el tratamiento de residuos, biomasa, hidroeléctrica, eólica, solar y cogeneración.
En 1999 se elaboró el Plan de Fomento de las Energías Renovables, cuyo objetivo era que en 2010 el 12% de la energía consumida en nuestro país provenga de fuentes de energía renovables.
En 2006 se aprobó el Código Técnico de la Edificación, que afirma la obligación de instalar sistemas de energía solar térmica y fotovoltaica en determinados edificios, como los edificios de nueva construcción.
Finalmente, en 2011 se aprobó el nuevo Plan de Energías Renovables en el que se propone que el 21% del consumo eléctrico final bruto en España provenga de energías renovables en 2020.
Autoconsumo y energía solar
A nivel doméstico, la energía solar es actualmente la única que permite el autoconsumo, es decir que permite generar la electricidad necesaria a partir de un suministro en este mismo suministro. De esta forma se aumenta la autonomía y durabilidad y se reducen los gastos, ya que desaparecería la factura de la luz.
Esto es posible gracias a la instalación de paneles solares, que transforman la energía solar en electricidad.
Pero estos sistemas no solo permiten la transformación y creación de la electricidad necesaria en un punto de suministro, sino que la energía producida por el mismo sistema de paneles solares podría compartirse entre diferentes puntos de suministro, gracias a un ahorro de ‘escalera’.
Desafortunadamente, este tipo de sistema, que es muy beneficioso para las comunidades vecinas, actualmente no es legal.
Impuesto al sol
El impuesto solar tiene su origen en el Real Decreto 900/2015. Este decreto consta de una serie de reglas para regular el autoconsumo de manera que las reglas sean las mismas para todo el país.
Explicado de forma sencilla, el denominado “impuesto solar” se creó para involucrar a consumidores mixtos, que no son autosuficientes y requieren el apoyo de la red eléctrica española en momentos en que la energía producida por el sistema de placas solares es insuficiente. Este recargo, que debe poder financiar la red de transporte y distribución, debe ser proporcionado por los productores de energías renovables de la misma forma que los demás consumidores, a pesar de que utilizan menos estas redes.
No obstante, existen algunos casos de exención de este impuesto como son los inmuebles con potencia inferior o igual a 10 kW y los situados en Canarias, Ceuta y Melilla (en Mallorca y Menorca el coste es menor).
El 5 de octubre de 2018, se publicó el Real Decreto-ley 15/2018, cuyo objetivo es terminar de definir el autoconsumo y terminar con este impuesto al sol.
Ventajas del autoconsumo eléctrico
Factura de luz más baja
Reducción de la contaminación
Ventaja fiscal por subvenciones
Los sistemas de aire acondicionado que funcionan con energía solar son más seguros que, por ejemplo, las calderas de gas.
Energía eólica y bombas de calor
Si bien la energía solar es la única que, como hemos comentado, permite el autoconsumo, existe otro sistema de aprovechamiento de energías renovables a nivel doméstico y que representa un ahorro del 70% de la factura energética: electricidad, aerotermia. Este sistema permite extraer cerca del ochenta por ciento de la energía presente en el aire y utilizarla para climatización o agua caliente, mediante una bomba de calor.
Este sistema no permite el autoconsumo ya que la electricidad es necesaria para el funcionamiento del motor del compresor, aunque esto representa menos del 30% de la electricidad utilizada en una casa tradicional para aire acondicionado o agua caliente.
Este tipo de sistema funciona mediante una bomba de calor aire-agua inverter que consta de un compresor inverter. En este tipo de compresores, la velocidad se regula para que sea constante y más eficiente, variando según la proximidad de la temperatura programada.
Además de este compresor, tenemos un ventilador, un sistema de expansión electrónico y un pequeño procesador electrónico.
Se agrega un centro de gestión de datos a esta bomba de calor. Esta unidad de control analiza la temperatura y el funcionamiento de la bomba y da las órdenes necesarias para el funcionamiento del resto del equipo. En el interior de la casa se coloca un dispositivo que nos permite controlar la temperatura.
Por último, hay un aparato de emisión que pueden ser de varios tipos (suelo radiante, split, radiador…)
Ventajas
Es el sistema de aire acondicionado más eficiente y económico disponible
Se puede utilizar en cualquier época del año
Su coste se amortiza a medio plazo, en unos dos o tres años
Reducción de la factura de la luz
Más seguridad que las calderas Menos mantenimiento